¿Qué es el trastorno del espectro
autista (TEA)?
El
autismo es un grupo de trastornos del desarrollo cerebral, a los que se llama
colectivamente el trastorno del espectro autista (TEA). El término
"espectro" se refiere la amplia gama de síntomas, habilidades y
niveles de deterioro o discapacidad que pueden tener los niños con el TEA.
Algunos niños padecen un deterioro leve causado por sus síntomas, mientras que
otros están gravemente discapacitados.
El
TEA se diagnostica de acuerdo con las pautas mencionadas en el Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Cuarta Edición - Texto
Revisado (DSM-IV-TR). Actualmente, el manual define el TEA como
cinco trastornos, algunas veces llamados los trastornos generalizados del
desarrollo (TGD):
- El trastorno autista (autismo clásico)
- El trastorno de Asperger (síndrome de Asperger)
- El trastorno generalizado del desarrollo no especificado (TGD-NE)
- El trastorno de Rett (síndrome de Rett)
- El trastorno desintegrativo infantil (CDD, por sus siglas en inglés)
¿Cuáles son los síntomas del TEA?
Los
síntomas del trastorno del espectro autista (TEA) varían de un niño a otro pero,
en general, se encuentran dentro de tres áreas:
- Deterioro de la actividad social
- Dificultades de comunicación
- Conductas repetitivas y estereotipadas
Los
niños con el TEA no siguen patrones típicos al desarrollar sus habilidades
sociales y de comunicación. En general, los padres son los primeros en notar
conductas inusuales en sus hijos. Con frecuencia, ciertas conductas se vuelven
más notorias al compararlos con niños de la misma edad.
En
algunos casos, los bebes con el TEA pueden parecer diferentes muy temprano en
su desarrollo. Aun antes de su primer cumpleaños, algunos bebes se concentran
excesivamente en algunos objetos, rara vez establecen contacto visual y no
pueden entablar el juego típico de vaivén ni balbucear con sus padres. Otros
niños pueden desarrollarse normalmente hasta el segundo y aun hasta el tercer
año de vida, pero luego comienzan a perder interés en los otros y se tornan
silenciosos, retraídos o indiferentes a las señales sociales. La pérdida o
inversión del desarrollo normal se llama regresión y ocurre en algunos niños
con el TEA.
¿Cómo se diagnostica el TEA?
El
diagnóstico del TEA es con frecuencia un proceso de dos etapas. La primera
etapa comprende una evaluación del desarrollo general durante los controles del
niño sano con un pediatra o un proveedor de la salud de la niñez temprana. Los
niños que muestran algunos problemas de desarrollo se derivan para una
evaluación adicional. La segunda etapa comprende una evaluación exhaustiva
efectuada por un equipo de médicos y otros profesionales de la salud con un
amplio rango de especialidades. En esta etapa, un niño puede recibir un
diagnóstico de autismo o de algún otro trastorno del desarrollo.
En
general, puede brindarse un diagnóstico confiable a los niños con el trastorno
del espectro autista (TEA) a la edad de 2 años, aunque la investigación sugiere
que algunas pruebas de detección pueden ser útiles a los 18 meses o aun antes.
Mucha
gente—inclusive pediatras, médicos de familia, maestros y padres—pueden, al
principio, ignorar los signos del TEA, al creer que los niños
"alcanzarán" a sus compañeros. Aunque a usted pueda preocuparle
pensar que su hijo pequeño tiene el TEA, cuanto más temprano se diagnostique el
trastorno, más rápidamente pueden comenzar las intervenciones. La intervención
temprana puede reducir o prevenir las discapacidades más graves asociadas con
el TEA. La intervención temprana también puede mejorar el coeficiente
intelectual (CI) de su hijo, el lenguaje y las habilidades funcionales diarias,
también llamadas conducta adaptativa.
Detección
Un
control del niño sano debería incluir una prueba para evaluar su desarrollo,
con examen de detección específico del TEA a los 18 y 24 meses, como lo recomienda
la Academia Americana de Pediatría. Realizar exámenes de detección
del TEA no es lo mismo que diagnosticar el TEA. Los instrumentos de detección
se usan como primer paso para informar al médico si el niño necesita más
pruebas. Si el pediatra de su hijo no lo examina en forma rutinaria para
detectar el TEA, pídale que lo haga.
Tipos de instrumentos para la
detección del TEA
A
veces, el médico interrogará a los padres acerca de los síntomas del niño a fin
de detectar el TEA. Otros instrumentos de detección combinan información de los
padres con observaciones del niño realizadas por el médico. Los ejemplos de
instrumentos de detección para los infantes y niños en edad preescolar
incluyen:
- Lista de verificación para el autismo en los infantes (CHAT, por sus siglas en inglés)
- Lista de verificación modificada para el autismo en los infantes (M-CHAT, por sus siglas en inglés)
- Herramienta de detección del autismo en niños de dos años (STAT, por sus siglas en inglés)
- Cuestionario de comunicación social (SCQ, por sus siglas en inglés)
- Escalas de conducta comunicativa y simbólica (CSBS, por sus siglas en inglés).
Para
detectar el TEA leve o síndrome de Asperger en los niños mayores, el médico
puede depender de instrumentos de detección diferentes, como:
- Cuestionario de exploración del espectro autista (ASSQ, por sus siglas en inglés)
- Escala australiana para el síndrome de Asperger (ASAS, por sus siglas en inglés)
- Test infantil del síndrome de Asperger (CAST, por sus siglas en inglés).
Para
los padres, sus propias experiencias y preocupaciones sobre el desarrollo de
sus hijos serán muy importantes en el proceso de detección. Mantengan sus
propias notas acerca del desarrollo de su hijo y revise los videos familiares,
fotos y álbumes cuando era bebe para ayudarles a recordar cuándo notaron por
primera vez cada conducta y cuándo su hijo(a) alcanzó ciertas etapas de
desarrollo.
Evaluación integral para el
diagnóstico
La
segunda etapa de diagnóstico debe ser minuciosa a fin de encontrar si otras
afecciones pueden ser las causantes de los síntomas de su niño. Para obtener
más información, consulte la sección: ¿Cuáles son otras afecciones que pueden
tener los niños con el TEA?
Un
equipo que incluye un psicólogo, un neurólogo, un psiquiatra, un logopeda u
otros profesionales experimentados en el diagnóstico del TEA puede efectuar
esta evaluación. La evaluación puede calificar el nivel cognitivo del niño
(habilidades para pensar), el nivel de lenguaje y su conducta adaptativa
(habilidades adecuadas en relación con la edad necesarias para completar las
actividades diarias independientemente, por ejemplo, alimentarse, vestirse y
asearse).
Debido
a que el TEA es un trastorno complejo que a veces se presenta junto con otras
enfermedades o trastornos del aprendizaje, la evaluación integral puede incluir
imágenes cerebrales y exámenes genéticos, junto con pruebas de memoria a
profundidad, resolución de problemas y de lenguaje. Los niños
con cualquier retardo de desarrollo también deben someterse a pruebas de
audición y de búsqueda de envenenamiento por plomo como parte de la evaluación
integral.
Aunque
los niños pueden perder su audición conjuntamente con el desarrollo del TEA, los
síntomas comunes del TEA (como voltearse para mirar a la persona que llama su
nombre) también pueden hacer que parezca que los niños no pueden oír cuando,
cuando en realidad, si pueden. Si un niño no responde al habla, especialmente a
su nombre, es importante que el médico lo evalúe si tiene una pérdida de
audición.
El
proceso de evaluación es un buen momento para que los padres y cuidadores hagan
preguntas y obtengan el asesoramiento de todo el equipo de evaluación. El
resultado de la evaluación ayudará a planear el tratamiento y las
intervenciones para ayudar a su hijo. Asegúrese de preguntar a quién puede
contactar para realizar preguntas de seguimiento.
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